Santa Marta no fue cualquier ciudad, y menos a la vista de lo que hoy puede llamarse con orgullo su centro histórico. Balcones de madera oscura ribeteados de ondas y formas que destilan buen gusto. Fachadas blancas y otras coloridas que componen una canción visualmente seductora. Santa Marta sabe expresar lo que contiene en su interior: mucha riqueza histórica y cultural. Acompaña a Jorge Cura a caminar y conocer este maravilloso entramado urbanístico.