Tras el fallecimiento de Consuelo Araújo ‘La Cacica’, la Junta Directiva de la Fundación Festival Vallenato acordó que sus hijos debían incorporarse a esta institución. Así pues, en diciembre de 2004, la Asamblea reunida designó a Rodolfo Molina Araújo como presidente ejecutivo del Festival de la Leyenda Vallenata, un festival que permitió que los compositores y ejecutantes que antes se presentaban en los patios traseros sin obtener retribución alguna, ahora hallan experimentado una mejora sustancial en su situación financiera y posición social. La música y el canto vallenato han sido reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad. El Folclor Vallenato sigue firme y el festival también en cabeza de este ilustre Vallenato.